Y mientras, por allí abajo...

Permitidme que eche un vistazo por el Sahara. En época estival, que ya estamos, resulta que un número de niños unos dos mil se vienen para España a pasar las vacaciones. Acogidos por familias solidarias que los tratarán unos meses como a sus propios chavales, ofreciéndoles una vida mejor que la que tienen en el desierto. Piscina, buena comida, medicamentos, etc... bueno, algunos están pendientes de que el Frente Polisario les consiga la pasta, que es la organización que más se mueve para intentarlo. Son cuarenta y algo los niños en espera.

Por su parte, de las altas instancias en España encontrarán esos niños todos los buenos deseos del mundo, pero ni un duro. Es más si quieren sentirse españoles los nenes qué mejor forma que sufrir una lista de espera, que es muy nuestro. Para que se acostumbren desde ya. A lo mejor uno de esos actores que van cada año a comprometerse cuando el festival del cine a ras de arena puede aflojar una limosna, o llevárselos a sus casas que las piscinas son más grandes. Es una idea, por si alguien del Polisario lee ésto. O les ponemos a currar como figurantes de mítines que los niños atentos a las palabras del político da una imagen muy moderna, e integradora en éste caso. Total, unas horitas por la mañana y luego a jugar al fútbol el resto del día con los demás niños españoles, esos gorditos que no sé si todavía juegan a la pelota en la calle, pocos veo.

Y así, otro año más, España realizaría uno de los dos o tres actos solidarios para con los abandonados, por todos, en el Sahara. Ya llegará el otoño y veremos de nuevo el festival de cine ése, en los telediarios. Y en invierno alguna visita de político para comprobar que todo sigue igual, que continúan en la miseria polvorienta sin patria propia ni ajena. Y el verano que viene al poner la tele veremos la nueva hornada de niños que nos traen para darles los meses de verano una vida mejor. Así cada año, y yo quejándome de que todos los junios, julios y agostos el mercado de fichaje futbolero es siempre lo mismo. Y la navidad igual, los mismos tópicos, villancicos y saltos de esquí y todo eso. ¿Elevamos ya a la categoría de tópico lo de los niños que vienen de vacaciones a nuestras ciudades y pueblos? Porque no parece que la cosa vaya a cambiar para ellos...

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