Cuadro bonito

Viendo las películas de Woody Allen ambientadas en Nueva York, pienso que los de allí son inteligentes, cosmopolitas, modernos intelectuales que van mucho al teatro y tienen sexo y de paso relaciones con jovencitas mientras suena jazz de fondo. Pero va a ser que la mayoría no es así, por muy bonito que le quede el cuadro al genio cineasta.

Y alguna vez me pregunté: ¿cómo nos verán los estadounidenses a los españoles cuando ven una de Almodóvar, que seguro son muchos los que conocen nuestras ciudades y forma de ser supuesta por la obra del manchego? Y me parece bien porque es un cuadro que también nos deja en buen lugar, realista o no. Mujeres de carácter y divertidas, alocadas y más bien atractivas y hombres sensibles que van al teatro a emocionarse y cuidan a tías buenas en coma.

Y ya que Woody vino a rodar a España, como no preguntarme que pensará el mundo entero de España vista con los ojos de su Vicky Cristina Barcelona. Pues mejor porque es un término medio entre los dos párrafos anteriores. Ni tan garrulos ni tan mariposones (Bardem es conquistador macho pero culturalmente inteligente, artista total) nos pasamos el día filosofando por la campiña a la que llegamos en bicicleta y nuestros padres son genios locos ancianos y famosos, que cuando se los presentamos a las extranjeras ellas nos dicen que son muy buena gente. Al final del día llega la ex novia para discutir como antaño, a gritos muy viscerales y latinos delante de las visitas. Luego a dormir con la ex o con la invitada, a elegir una cada noche. Gracias señor Allen por retratarnos así, no es la realidad pero nos saca del franquismo y nos acerca a lo cosmopolita de tus newyorquinos pero sin llegar a tanto, y eso es bueno.

Escenas de cuatro personas, dos parejas cenando mientras discuten de política y cine las hemos visto en tus películas muchas veces y queda muy intelectual. Como español me encanta ver algo parecido con pareja joven y pareja mayor (Patricia Clarskson y el tío de las series) pero con la naturaleza de fondo y no un oscuro café de Manhattan, y mientras comemos en una inmensa terraza disertamos sobre música y arte. No somos así la mayoría pero ya nos gustaría, como nos gusta que des esa imagen de nosotros.