...en el panorama laboral. Unos no quieren trabajar, los controladores aéreos, y les desean obliganr mandándoles el ejército. Otros sí quieren trabajar, los corresponsales bélicos que fueron a El Aaiún, y no les dejan. Los primeros no quieren que se les toque un ápice un sueldo de doscientos mil euros en adelante, que es lo que cobran. Los segundos se juegan la vida.
Y mientras, los refugiados saharauis preguntándose dónde están los del ejército español. A ver quien es el guapo que va y les dice que están en los aeropuertos, controlando a los controladores. Me da que alguien no está tomando decisiones correctas, nadie está donde quiere estar. Seguro que alguno de los periodistas que echaron de El Aaiún está en el hotel de los controladores aéreos, esos supuestamente enfermitos, esperando que lleguen los soldados españoles a comprobar si es verdad que les duele aquí o allá. Sería paradójico cuanto menos. Los caminos del gobierno y de éste país son rarunos de cojones, es curioso que tantas ganas que tenía ese periodista de ver militares y lo va a ver en esas circunstancias, en los halls de los hoteles más molones, acosando controladores.
Lo mismo algún periódico norteafricano les compra esa foto. Berlanga, te fuiste pronto. España no para de ofrecerte películas de las tuyas.
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