Conversando con Pacojó

Pacojó es mi kioskero. Un tipo amable y alegre, y que sabe como tratar a los clientes. Cuando uno repite dos o tres veces en su establecimiento, Pacojó, que le tiró en esas primeras visitas amagos de conversación, es sabio para calar a la persona y de ahí en adelante le trata como quiere: si es cliente que no da charla y solo paga, más los saludos pertinentes de la educación, el dueño Paco José es lo que ofrece. Con simpatía y rapidez, que es lo que parece que demanda el interfecto. Si el cliente es de los de conversar unos segundos sobre lo que sea, fútbol, política o el tiempo, eso tiene a cambio de parte de Paco José. Y si el cliente es de los de darle al palique un buen rato, lo mismo.

Yo soy de los segundos, pero como antes de llegar al mostrador vagabundeo por los estantes un minuto para elegir bien que es lo que quiero (periódico de deportes o nacional, que millonario no soy, alguna cosa de comida basura, ojear las portadas de revistas por si alguna me gusta tanto que sacrifique tres euros destinados a otra cosa...) pues lo que decía que en los años que llevo haciendo ese ritual, que son unos cuatro, he escuchado y he observado lo que pasa en el mostrador y como Pacojó cumple cada día y cala en seguida al personal, y si vuelven les trata como quieren. Por eso muchos vuelven, por eso yo vuelvo en mi condición de cliente de la segunda categoría.

A mí también me caló en unas pocas visitas, y sabe que lo mío son un par de impresiones y fuera, de la noticia importante del día del fútbol, o si las calles están muy vacías si es que es fiesta o qué, o si hay una conversación empezada con otro cliente y éste se va mi frase a modo de saludo será una opinión sobre lo que estaban hablando. Pero por lo general lo que pasa es lo siguiente: entro en el kiosko, digo hola mientras voy a elegir periódico, luego merodeo por la comida basura a por un par de cosas, llego al mostrador, qué tal, vaya sorpresa ayer que Egipto le ganara a Italia (por ejemplo). No tanto, ya a Brasil le costó un huevo ganarles, responde. A ver quien nos toca en semifinales, apunto yo. Mientras se da ésta conversación breve Pacojó ha realizado el trámite monetario y me da el cambio en la mano. Hasta luego, le digo. Adiós, responde. Eso es todo. Un profesional.

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