Desayuno equilibrado

A veces me da por sentirme sano, y me pongo en plan: ésta mañana voy a desayunar como dios manda. Vitaminas, poca grasa, y todo eso. Una pieza de fruta, leche semidesnatada con cereales de los normales, y un zumo de naranja natural. No
café, no bollería.

Además tengo pensado ir luego a hacer un poco de footing, una media horita. Sé que me sentará bien. Y si voy por la terde-noche a la discoteca no pienso beber mucho alcohol ni fumar nada que se me ofrezca, aunque sea tabaco normal, que no gasto pero de vez en cuando alguno cae (odienme fumadores habituales, yo conseguí autocontrolarme). Porque hoy es mi sábado sano, incluso estoy planeando ya el desayuno de mañana domingo y pedir menos churros de los habituales o incluso sustituirlos por alguna cosa más saludable. Seguro que todo ésto me sienta bien.

No contento con tan reconfortante plan alimenticio, lo mismo voy a más el lunes y me apunto a las vacunas esas, la de la gripe y la otra. Para prevenir. Que bonitos los sábados por la mañana. Uno tiene tiempo para planear tantos detalles que se supone mejoran la vida. Me pregunto por qué no lo hice ayer. Veamos... ayer a éstas horas estaba igual, pensando qué desayunar. Y obré mal, optando por un desayuno cargado de azúcares y refrescos carbonatados, y un bocadillo más propio de merienda que de horas tempranas. No es de extrañar que ayer me sentara mal hasta el punto que acabé vomitando. Claro que a lo mejor el motivo fue otro. Hay otra cosa que me sentó mal ayer viernes a la hora del desayuno y hoy sábado no tengo: tertulias políticas en la tele. Eso sí que es un elemento que debo quitar de mis desayunos para ganar salud. Seguro que me sienta bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.